El autor francés Bruno Latour, en su libro “Nunca fuimos Modernos”, esboza la purificación en los polos de sujeto y objeto, siendo estos dos polos duales entre la sociedad (su cultura) y la naturaleza de ese sujeto y objeto.
Por esta razón, Latour creó el concepto de los cuasi-objetos, que por su trascendencia e inmanencia y la prohibición de las redes de traducción, le permitió crear, asimismo, el concepto de híbridos. Estos cuasi-objetos o híbridos constituyen algo construido y permanente.

Por otro lado, el autor define lo moderno como un conjunto de mezcla entre géneros y seres enteramente nuevos, híbridos de la naturaleza y cultura, por traducción; así como también por el conjunto creado de dos zonas ontológicas completamente diferenciadas de seres humanos por un lado y no-humanos por el otro, por purificación.

De esta manera explica que para dejar de ser modernos se debe entender que tanto la purificación y la traducción se necesitan la una de la otra, ay que ambas tareas siempre operaron al mismo tiempo.
Así también, explica, se podría modificar el futuro.
Por último, para dar un mayor entendimiento a lo expuesto anteriormente, a continuación se ejemplificara con un artículo relacionado publicado en la web: http://www.publispain.com/revista/alimentos-transgenicos.htm
El autor a lo largo de su ensayo desmitifica la superioridad de la cultura tecnocientífica al considerar que la Ciencia y la Tecnología están constituidas por la misma materia prima que es lo humano y lo no-humano, este es, según él, el nuevo régimen político democrático en el cual las responsabilidades son compartidas por todos los actores (humanos, no-humanos), a lo largo del siglo XX los derechos se extendieron a las “cosas” otorgándoles un “
